Siempre nos han enseñado que a la Cenicienta le cabe el zapato, que la rana se convierte en príncipe, que a la Bella Durmiente le despiertan con un beso, (...) y que todos los finales acaban con un "Y vivieron felices y comieron perdices".
La realidad no consiste en eso, la realidad no es así.
Pero el problema de todo ésto es que nos han enseñado a no conformarnos con poco y que si los personajes de los cuentos pueden: tú también. Siempre queremos lo que no tenemos, por eso casi nunca nos conformamos con nada.
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