lunes, 23 de mayo de 2011

"Rescátame"

Esa palabra que tantas veces habremos escrito...
Tú me rescataste siempre, da igual cómo, pero lo hiciste.
Me rescataste hablándome cuando sufría.
Dándome tu hombro cuando lloraba.
Sacándome de un montón de problemas.
Entendiéndome cuando nadie más lo hacía.
Escuchándome hasta cuando decía tonterías...
Me aceptaste con mis virtudes y me ayudaste a corregir mis defectos. Me sacaste sonrisas de donde no las había, secaste mis lágrimas, y cuando me susurrabas al oído, tu voz me acariciaba.
Te convertiste en el guardián de todos mis secretos, incluso pasaste a formar parte de ellos.
En tan poco tiempo, tu presencia se me hizo indispensable, por todo ésto y por más, te volviste irremplazable.
Siempre hay alguien colocado por el destino justo ahí, dispuesto a rescatarnos, sólo hace falta que lo sepamos ver, y para ello tenemos que quitarnos la venda cargada de frialdad que todos alguna vez llevamos.
Nos pasamos la vida pidiendo que nos rescaten y muchas veces no nos damos cuenta de que ya hemos sido rescatados por el simple hecho de tener a una persona tan especial a nuestro lado.
Probablemente parezcan tonterías, que algún día, con el paso del tiempo terminaremos borrando, pero esos pequeños detalles nos demuestran quién no para de rescatarnos desde que llegó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario